7,49 €
7,49 €
inkl. MwSt.
Sofort per Download lieferbar
payback
0 °P sammeln
7,49 €
7,49 €
inkl. MwSt.
Sofort per Download lieferbar

Alle Infos zum eBook verschenken
payback
0 °P sammeln
Als Download kaufen
7,49 €
inkl. MwSt.
Sofort per Download lieferbar
payback
0 °P sammeln
Jetzt verschenken
7,49 €
inkl. MwSt.
Sofort per Download lieferbar

Alle Infos zum eBook verschenken
payback
0 °P sammeln
  • Format: ePub

Mujeres barbudas, gitanos, sibaritas, camareros, obreros indios, bohemios, visionarios, fanaticos, impostores y toda clase de almas perdidas circulan en este recopilatorio de veintisiete cronicas publicadas en la seccion del New Yorker dedicada a los perfiles de los personajes mas exoticos de la ciudad. Personajes todos de carne y hueso que conforman un fresco extraordinario de las dcadas 30 y 40 del siglo pasado, una poca dorada en la que se fragu el gran crisol que fue y sigue siendo la ciudad de Nueva York.

  • Geräte: eReader
  • ohne Kopierschutz
  • eBook Hilfe
  • Größe: 3.98MB
  • FamilySharing(5)
Produktbeschreibung
Mujeres barbudas, gitanos, sibaritas, camareros, obreros indios, bohemios, visionarios, fanaticos, impostores y toda clase de almas perdidas circulan en este recopilatorio de veintisiete cronicas publicadas en la seccion del New Yorker dedicada a los perfiles de los personajes mas exoticos de la ciudad. Personajes todos de carne y hueso que conforman un fresco extraordinario de las dcadas 30 y 40 del siglo pasado, una poca dorada en la que se fragu el gran crisol que fue y sigue siendo la ciudad de Nueva York.

Dieser Download kann aus rechtlichen Gründen nur mit Rechnungsadresse in A, B, BG, CY, CZ, D, DK, EW, E, FIN, F, GR, H, IRL, I, LT, L, LR, M, NL, PL, P, R, S, SLO, SK ausgeliefert werden.

Autorenporträt
Joseph Mitchell fue escritor y periodista. Tras graduarse en la Universidad de Carolina del Norte, se trasladó a Nueva York con la intención de hacerse un nombre como reportero político. Escribió para medios como The New York Herald Tribune, The World y The New York World Telegram hasta 1931, cuando decidió darse un respiro del periodismo para trabajar en un buque de carga que trasportaba troncos desde Leningrado. Tras un breve periodo, regresó al periodismo y continuó escribiendo para diferentes publicaciones hasta que en 1938 fue contratado por St. Clair McKelway para escribir en New Yorker, donde trabajó hasta su muerte, en 1996.