"Protegidas por le alto mando del paâis, las verdaderas dueäna del poder siempre han sido las primeras damas: quienes han utilizado a su favor los secretos mâas confidenciales del Estado para orquestar jugosos acuerdos y favores para sus allegados, al tiempo que aparentaban ser las protectoras de la naciâon. Algunas construyeron mansiones millonarias a costa del erario; casi toas remodelaron al capricho Los Pinos, o colocaron a sus hijos y parientes en posiciones privilegiadas; incluso, una tuvo un amante clarividente y otra solapâo por aänos el contrabando de petrâoleo."--Provided by publisher.