El Derecho, entendido como un conjunto de valores, principios y reglas de conducta, juega un papel esencial en las relaciones humanas. Como instrumento regulador de las normas de convivencia, determina el marco y refleja los modelos en torno a los cuales las personas configuran sus conductas y resuelven sus problemas. Desde esta perspectiva, en una sociedad democrática, participativa, equitativa, pluralista, libre y justa, hay que entender que el Derecho obtiene su plena validez cuando se integra armónicamente en el espacio y el tiempo de los pueblos a los que sirve y que poseen la potestad de su creación, directamente o a través de sus representantes elegidos. Es un desafío que obliga a abordar el Derecho, como ciencia social y su objeto de estudio, mediante una vinculación diferente entre la teoría y la práctica, entendiendo la complejidad de las categorías jurídicas que ordenan, en el todo social, las diferentes dimensiones de las prácticas jurídicas en su propia estructura interna y en sus relaciones e interrelaciones culturales, políticas o económicas.