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Obras políticas La gran preocupación que manifiesta Juan Bautista Alberdi, a través de sus ensayos políticos, fue la limitación y el control del poder. Convencido que "un país libre no puede decir que ejerce su libertad, sino cuando conserva y retiene en sus manos el gobierno de su gobierno"; diseñó un proyecto de organización política donde el poder ejecutivo solo podía gestionarse por medio de una Constitución. Los límites fueron claros: el Presidente jamás haría por sí solo la ley, ni intervendría en el poder judicial, ni en la administración municipal. Los jueces, mediante su…mehr

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Produktbeschreibung
Obras políticas La gran preocupación que manifiesta Juan Bautista Alberdi, a través de sus ensayos políticos, fue la limitación y el control del poder. Convencido que "un país libre no puede decir que ejerce su libertad, sino cuando conserva y retiene en sus manos el gobierno de su gobierno"; diseñó un proyecto de organización política donde el poder ejecutivo solo podía gestionarse por medio de una Constitución. Los límites fueron claros: el Presidente jamás haría por sí solo la ley, ni intervendría en el poder judicial, ni en la administración municipal. Los jueces, mediante su interpretación, mantendrían viva la Constitución y la ley. Aparece así la noción de que la supremacía es solo de la Constitución. Entre sus escritos políticos también cabe señalar sus críticas al estatismo de la herencia colonial hispana, principal barrera, en su opinión, al progreso de la América independiente. La Constitución es, en materia económica, lo que en todos los ramos del derecho público: "la expresión de una revolución de libertad, la consagración de la revolución social de América. Y, en efecto, la Constitución ha consagrado el principio de la libertad económica, por ser tradición política de la revolución de mayo de 1810 contra la dominación española, que hizo de esa libertad el motivo principal de guerra contra el sistema colonial o prohibitivo".

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Autorenporträt
Político, sociólogo, jurista y escritor argentino (Tucumán, 1810-Francia, 1884). Residió desde muy joven en Buenos Aires, ciudad en la que desarrolló una importante actividad política, cultural y social. Participó en la fundación del Salón literario, conocidos como la Generación del 37, junto con Juan Bautista Alberdi Alberdi, Marcos Sastre, Juan María Gutiérrez y Esteban Echeverría. Sus tertulias se orientaban inicialmente a deliberar sobre literatura, arte y moda, influidos por el auge del romanticismo en Europa. Pero progresivamente los temas sobre política pasaron a ser el centro de la reuniones. Alberdi comienza a destacar entre los jóvenes de su generación. Sus artículos de opinión en La moda, de la que fue fundador y primer redactor bajo el seudónimo de Figarillo, confieren al semanario un contenido social realista y crítico. A partir de aquí, las discrepancias políticas con el gobierno de Juan Manuel de Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires, lo obligan a emigrar a Montevideo en 1838. En 1843, durante el sitio militar de Montevideo por un ejército comandado por Oribe pero subvencionado por Rosas, logra escapar, disfrazado de marinero francés, y se traslada a Europa acompañado por su amigo Juan María Gutiérrez. Reside en París unos pocos meses. A fines de 1843, decide regresar a América para radicarse en Chile donde vivirá 17 años. Vuelto a su patria en 1878 cuando es elegido diputado por Tucumán, pero en 1881 se trasladó nuevamente a Francia, donde reside hasta su muerte.