El Covid-19, la peste negra, la sangre contaminada, el H1N1, la catástrofe de la central nuclear de Chernóbil, el mal de las vacas locas, la gripe aviar, el virus del Ébola en África y tantas otras crisis sanitarias pueden constituir verdaderos peligros para la estabilidad de cualquier Estado. Estas crisis sanitarias pueden ser una amenaza real para cualquier organización y también una oportunidad para adaptar las técnicas y los medios utilizados a los retos modernos y futuros de las crisis. Según Thierry Libaert en 2010: "La crisis representa un peligro y puede llevar a la desaparición de la organización en cuestión. Sin embargo, es una revelación de disfunciones latentes, un elemento de respuesta a un bloqueo o desajuste técnico, económico o social, y un acelerador de reestructuraciones que se han vuelto inevitables. También puede representar una oportunidad positiva para el desarrollo al revisar un modo de funcionamiento inadecuado.