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La contribución del juez constitucional a la consolidación del Estado de Derecho en general, y a la protección de los derechos humanos en particular, ya no se cuestiona. Desde los años 90 en el África negra francófona, especialmente en Togo y Benín, y desde los años 70 en Francia, los derechos humanos han vuelto a las Constituciones, modificando profundamente el papel del guardián de las mismas. Los Tribunales Constitucionales, antes limitados al papel de reguladores de las Instituciones, descubrieron otra virtud, la de protectores de los derechos fundamentales. Para entender esta nueva…mehr

Produktbeschreibung
La contribución del juez constitucional a la consolidación del Estado de Derecho en general, y a la protección de los derechos humanos en particular, ya no se cuestiona. Desde los años 90 en el África negra francófona, especialmente en Togo y Benín, y desde los años 70 en Francia, los derechos humanos han vuelto a las Constituciones, modificando profundamente el papel del guardián de las mismas. Los Tribunales Constitucionales, antes limitados al papel de reguladores de las Instituciones, descubrieron otra virtud, la de protectores de los derechos fundamentales. Para entender esta nueva función del tribunal constitucional, es necesario examinar el texto de la Constitución, por un lado, y la práctica constitucional, por otro.Sin embargo, cuestionar el principio rector o la filosofía que subyace en las decisiones de los jueces constitucionales en materia de protección de los derechos humanos tiene ciertamente la ventaja de revelar la realidad de las cosas combinando realismo y positivismo, dado que el texto escrito y su aplicación "no son más que el resultado de la evolución de la percepción que se tiene de la Constitución...". La contribución del juez constitucional a la consolidación del Estado de Derecho en general, y a la protección de los derechos humanos en particular, ya no se cuestiona. Desde los años 90 en el África negra francófona, especialmente en Togo y Benín, y desde los años 70 en Francia, los derechos humanos han vuelto a las Constituciones, modificando profundamente el papel del guardián de las mismas. Los Tribunales Constitucionales, antes limitados al papel de reguladores de las Instituciones, descubrieron otra virtud, la de protectores de los derechos fundamentales. Para entender esta nueva función del tribunal constitucional, es necesario examinar el texto de la Constitución, por un lado, y la práctica constitucional, por otro.Sin embargo, cuestionar el principio rector o la filosofía que subyace en las decisiones de los jueces constitucionales en materia de protección de los derechos humanos tiene ciertamente la ventaja de revelar la realidad de las cosas combinando realismo y positivismo, dado que el texto escrito y su aplicación "no son más que el resultado de la evolución de la percepción que se tiene de la Constitución...".
Autorenporträt
AGBLEGOE B.K. Syril es abogado de formación y estudiante de doctorado en Derecho en la Universidad de Lomé. Fue durante varios años asistente jurídico en el Tribunal Constitucional de Togo y actualmente es oficial de derechos humanos en la Misión Multidimensional Integrada de las Naciones Unidas para la Estabilización de Malí (MINUSMA).