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Esta obra se inspira en sucesos del siglo XV. Un capitán bajo las órdenes de Jofre Tenorio, almirante de Castilla durante las turbulencias de la minoría de Alfonso XI recorre las cercanías de Sevilla sembrando el pánico. El capitán ejercía especialmente sus desafueros en Cantillana, por lo que los arrieros y caminantes se alejaban del lugar y acostumbraban a decir: «Vámonos por otra parte, porque el diablo está en Cantillana». El diablo también podría ser en el imaginario popular el maestro Juan Pacheco, que acompañó al rey Enrique IV en su viaje a Sevilla en 1469. Pacheco era una persona muy…mehr

Produktbeschreibung
Esta obra se inspira en sucesos del siglo XV. Un capitán bajo las órdenes de Jofre Tenorio, almirante de Castilla durante las turbulencias de la minoría de Alfonso XI recorre las cercanías de Sevilla sembrando el pánico. El capitán ejercía especialmente sus desafueros en Cantillana, por lo que los arrieros y caminantes se alejaban del lugar y acostumbraban a decir: «Vámonos por otra parte, porque el diablo está en Cantillana». El diablo también podría ser en el imaginario popular el maestro Juan Pacheco, que acompañó al rey Enrique IV en su viaje a Sevilla en 1469. Pacheco era una persona muy odiada en la capital sevillana, por lo que no se atrevió a entrar en ella y se hospedó en Cantillana. Hasta allí tenía que desplazarse el rey cada vez que quería despachar algún asunto con el aborrecido maestro.Luis Vélez a cambiado los personajes y parte de la trama pero mantiene como trasfondo de su obra la leyenda de Cantillana.
Autorenporträt
Luis Vélez de Guevara (Écija, Sevilla, 1579-Madrid, 1644). España. Nació en una familia acomodada, se licenció en artes en 1595 por la Universidad de Osuna y poco después entró al servicio del cardenal-arzobispo de Sevilla. En 1600 se fue a Italia y se alistó en la milicia del conde de Fuentes, después estuvo bajo el mando de Andrea Doria y Pedro de Toledo. Tras una corta estancia en Valladolid, vivió en Madrid y, al servicio del conde de Saldaña, se dedicó al ejercicio de la abogacía y de las letras. El cargo de ujier de cámara del rey, que consiguió en 1625, no le permitió mantener con holgura a su numerosa familia.