Su Esposa Curvilínea (En Busca del Galán de Papel, #2) (eBook, ePUB)
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RamseyCitas. Mi esposa estaba saliendo con alguien. Quería más hijos, aunque el médico dijo que podría matarla, así que me fui. Ahora está saliendo con alguien. La vi. Con ese otro tipo. Él puso sus manos sobre ella.Sobre mi esposa.Iba a tocarla. Amarla. Hacerla reír. Arriesgar su vida.Ni de coña.Ella seguía siendo mía.MelodySolo he amado a un hombre. Un hombre guapísimo, enloquecedor, maravilloso. Todavía amaba a mi marido, pero él se marchó. No podía arreglarme, no podía cambiar mi opinión, así que pidió el divorcio y se mudó. No tenía motivos para hacerle quedarse. Ya ...
Ramsey
Citas. Mi esposa estaba saliendo con alguien. Quería más hijos, aunque el médico dijo que podría matarla, así que me fui. Ahora está saliendo con alguien. La vi. Con ese otro tipo. Él puso sus manos sobre ella.
Sobre mi esposa.
Iba a tocarla. Amarla. Hacerla reír. Arriesgar su vida.
Ni de coña.
Ella seguía siendo mía.
Melody
Solo he amado a un hombre. Un hombre guapísimo, enloquecedor, maravilloso. Todavía amaba a mi marido, pero él se marchó. No podía arreglarme, no podía cambiar mi opinión, así que pidió el divorcio y se mudó. No tenía motivos para hacerle quedarse. Ya no éramos las mismas personas que solíamos ser.
Pero yo seguía queriendo más hijos. Quería a alguien con quien compartir mi vida. Las citas en línea sonaban mejor que ligar con padres solteros en la fila para recoger a los niños. Pero la broma fue para mí. La única persona con la que me gustaba hablar era precisamente la persona que intentaba olvidar. Mi marido.
Citas. Mi esposa estaba saliendo con alguien. Quería más hijos, aunque el médico dijo que podría matarla, así que me fui. Ahora está saliendo con alguien. La vi. Con ese otro tipo. Él puso sus manos sobre ella.
Sobre mi esposa.
Iba a tocarla. Amarla. Hacerla reír. Arriesgar su vida.
Ni de coña.
Ella seguía siendo mía.
Melody
Solo he amado a un hombre. Un hombre guapísimo, enloquecedor, maravilloso. Todavía amaba a mi marido, pero él se marchó. No podía arreglarme, no podía cambiar mi opinión, así que pidió el divorcio y se mudó. No tenía motivos para hacerle quedarse. Ya no éramos las mismas personas que solíamos ser.
Pero yo seguía queriendo más hijos. Quería a alguien con quien compartir mi vida. Las citas en línea sonaban mejor que ligar con padres solteros en la fila para recoger a los niños. Pero la broma fue para mí. La única persona con la que me gustaba hablar era precisamente la persona que intentaba olvidar. Mi marido.
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