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Basta esta cita para comprender la idea del «buen gobierno» de los Incas descrita por Bartolomé de las Casas: Consideraba en esta visita de la tierra, si se podía hacer alguna semilla o árboles y frutales que no fructificaban, o no tanto, en otras partes, y era necesaria, y traía de otra tierra hombres que la supiesen sembrar y cultivar y a los naturales de allí lo enseñasen; a los cuales mandaba galardonar y repartir tierras y solares para sus casas y heredades. Consideraba asimismo la condición e inclinaciones de las gentes, y si entendía que eran orgullosos o inquietos, traía de otros…mehr

Produktbeschreibung
Basta esta cita para comprender la idea del «buen gobierno» de los Incas descrita por Bartolomé de las Casas: Consideraba en esta visita de la tierra, si se podía hacer alguna semilla o árboles y frutales que no fructificaban, o no tanto, en otras partes, y era necesaria, y traía de otra tierra hombres que la supiesen sembrar y cultivar y a los naturales de allí lo enseñasen; a los cuales mandaba galardonar y repartir tierras y solares para sus casas y heredades. Consideraba asimismo la condición e inclinaciones de las gentes, y si entendía que eran orgullosos o inquietos, traía de otros pueblos, mayormente de los que tenía más conocidos y experimentados por fieles y obedientes, aprobados y leales, donde mandaba que morasen y usasen de sus oficios o ejercicios que en su naturaleza usaban, para que los de allí aprendiesen a vivir quietos, y para que, entendiendo quel rey los mandaba poner allí por esta causa, temiesen de hacer novedades, como quien tenía cabe si las espías y testigos que habían luego de avisar al señor, y por consiguiente, de causar en el pueblo inquietud se descuidasen.
Autorenporträt
Bartolomé de las Casas (Sevilla, 1474-Madrid, 1566). España. En 1502 fue a La Española (hoy República Dominicana) para hacerse cargo de las propiedades de su padre. Diez años después fue el primer sacerdote ordenado en América. Más tarde vivió en Cuba y obtuvo numerosas riquezas gracias a los repartimientos y encomiendas. En 1514 regresó a España, y renunció a todas sus propiedades. Afectado por su experiencia americana, pretendió imponer un nuevo modelo de evangelización y se convirtió en un ferviente defensor de los derechos de los indios. Sin embargo, su actitud provocó la enemistad de obispos, gobernadores y miembros del poderoso e influyente Consejo de Indias. En 1520 volvió a América para poner en práctica en Cumaná (Venezuela) sus ideas sobre una colonización pacífica. Fracasó. Años después predicó en tierras de Nicaragua y Guatemala, hasta que en 1540 regresó a España, donde fue uno de los más destacados impulsores de las Leyes Nuevas (1542). Nombrado obispo en Sevilla, en 1544, tomó posesión de la diócesis de Chiapas (provincia de la capitanía general de Guatemala), allí denunció los crímenes de los colonos. Tuvo muchos enemigos. En 1546 pasó a México y un año después regresó a España. Durante esta época redactó su Historia de las Indias (1552-1561), publicada en 1875. Su defensa de los indígenas le hizo reclamar la presencia de negros africanos para que trabajasen como esclavos en América en lugar de aquéllos.