Una perversa casualidad
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Miraron la televisión con esos insulsos y tendenciosos informativos o magacines orientados a los ociosos y perturbados. Verdades a medias y noticias interesadas y toda aquella fauna deplorable de listillos, aristócratas sin corona, ladrones con corona y miserables embusteros y vividores. Escritores de libros ajenos y mamporreros del poder de turno que se frota las manos con esa desinformación informativa. Nada que ver con los códigos deontológicos del periodismo o al menos la información contrastada. Basura bien vestida que vomita odio y resentimiento entre los cándidos y desinformados ...
Miraron la televisión con esos insulsos y tendenciosos informativos o magacines orientados a los ociosos y perturbados. Verdades a medias y noticias interesadas y toda aquella fauna deplorable de listillos, aristócratas sin corona, ladrones con corona y miserables embusteros y vividores. Escritores de libros ajenos y mamporreros del poder de turno que se frota las manos con esa desinformación informativa. Nada que ver con los códigos deontológicos del periodismo o al menos la información contrastada. Basura bien vestida que vomita odio y resentimiento entre los cándidos y desinformados ciudadanos. Talk Shows importados que tan buenos resultados han dado. Ventana para contemplar el mundo en un momento en que el teatro quiere ser cine, el cine teatro, la radio televisión y la televisión se convierte en la vida en directo. Triste realidad vacía de compromiso y belleza.
