La administración moderna gravita sobre bases muy antiguas e inesperadas para muchos profesionales de la gestión organizacional. Son cimientos semi-ocultos relacionados con el pensamiento filosófico, comunes (aunque inadvertidos como tales) en la práctica administrativa cotidiana. El propósito de este trabajo es destacar los fundamentos de la administración provenientes del pensamiento filosófico de siglos pasados. Los argumentos se estructuran en tres apartados principales: en el primero se discute la clase de disciplina que es la Administración; en el segundo se presenta el pensamiento de algunos filósofos cuyas aportaciones han trascendido sobre la formas actuales de dirigir a las organizaciones y se esboza una crítica sobre las repercusiones actuales de la vida ajena a la filosofía, en especial separada de la ética; en el último se toca lo que podría llamarse una sabiduría administrativa, una comprensión natural e imaginativa que poseen algunos dirigentes y que acercaría a la administración de alto nivel, a una especie de arte más que de ciencia o de técnica, a la cual podría llamársele Arte Administrativo.